lunes, 15 de junio de 2009

Características Linguísticas de los individuos con DAL.


Los niños y adolescentes con dificultades lectoras se caracterizan por las diferencias que presentan en habilidades fonológicas (Ortiz, 2004). En primer lugar, presentan déficit en conciencia fonémica (Faucett y Nicolson, 1995; Guillon y Dodd, 1994; Jiménez, 1997; Met. Sala, 1999). La conciencia fonémica (Cf.) se refiere a la habilidad para acceder y manipular intencionalmente los fonemas de las palabras. En segundo lugar, varios trabajos han mostrado diferencias entre buenos y malos lectores en tares de percepción auditiva que requieren diferenciar entre categorías de fonemas y entre consonantes de la misma categoría (De Weirdt, 1988; Godfrey y col., 1981; Liebre Man y col, 1985; Werker y Tees, 1987), en identificación de palabras presentadas con ruidos (Brady y col., 1983), en discriminación de pares de palabras con sonidos similares (Reed, 1989). Además, en tareas que requieren identificar palabras a partir de segmentos iniciales de la palabra hablada, los niños con dificultades lectoras necesitan escuchar un segmento mayor de la palabra para identificarla si ésta tiene pocos vecinos fonológicos (Metsala, 1997). Pero también se ha mostrado que el problema de los malos lectores no es de discriminación auditiva general, sino específica del habla (Schulte-Koerne y col., 1999, Tobey y Cullen, 1984). En tercer lugar, los individuos con DAL presentan bajo rendimiento en tareas de memoria verbal (Brady y col., 1983).
Las dificultades en memoria de trabajo de los disléxicos se atribuyen a problemas con la codificación fonética (Brady y col., 1983). La codificación fonética se refiere a la transformación de las palabras que leemos o escuchamos en sonidos del habla con el propósito de almacenarlas en la MCP (Brady y col, 1983).
Normalmente los niños disléxicos provienen de todos los niveles socio-económicos, así como de familias con actitudes muy variadas hacia la escuela y el aprendizaje. Su desarrollo, evaluado a través de sus adquisiciones claves, parece estar dentro de los límites de la normalidad, aunque pueden aparecer demoras en el lenguaje (Thomson, 1984). En particular, leves dificultades fonológicas o articulatorias persistentes más allá de lo «normal» (Thomson, 1984). Puede ser, por ejemplo, que el niño cambie los principios de las palabras hasta el final de la infancia o hasta la edad adulta, o también que manifieste dificultades del habla durante los años infantiles, particularmente la confusión u omisión de ciertos fonemas, y en algunos casos pueden aparecer dificultades a la hora de expresar ideas con fluidez en el lenguaje hablado (Thomson, 1984). No obstante, en lo que se refiere a aspectos del vocabulario, razonamiento verbal, compresión verbal, y otras aptitudes intelectuales asociadas con el funcionamiento lingüístico superior, el niño esta dentro de los límites normales, e incluso es excepcionalmente alto (sin embargo es un error suponer que todos los niños disléxicos poseen un nivel de inteligencia superior), (Thomson, 1984).
Esta discrepancia entre una perfecta adecuación – y a veces incluso superior a la media-- en la comprensión del lenguaje oral, y el pobre desarrollo de las habilidades relacionadas con el lenguaje escrito, es uno de los primeros indicios para padres y profesores de que algo va mal (Thomson, 1984). Un niño puede ser brillante, inteligente, capaz de responder preguntas y (al menos en opinión de los padres y profesores) no presentar aparentemente ninguna dificultad para hacer frente a los aspectos más tempranos del trabajo escolar (Thomson, 1984). Durante el primer año el niño puede parecer algo lento en el aprendizaje del alfabeto y de otros aspectos visuales del vocabulario, pero quizás a los padres se les haya dicho que no deben preocuparse mientras que el niño se desarrolle adecuadamente (Thomson, 1984). Pero aproximadamente a la edad de 7 años el niño apenas ha progresado en la lectura y el deletreo, y se ha desmotivado, a medida que el niño crezca, si no se le proporciona ayuda adecuada para la lectura, la escritura y el deletreo, su nivel en ellas estará cada vez mas retrasado respecto a la escritura cronológica (Thomson, 1984).
En esta área se suceden múltiples alteraciones como dislalias, bajo nivel de vocabulario, lenguaje con formas indebidas, inversiones orales con mala colocación de las sílabas, empleo incorrecto de las formas verbales y uso adecuado de conceptos contrarios (Ej: abrir-cerrar,(Thomson,1984). La dificultad en la correcta construcción de los fonemas va a ser un problema importante para consolidar el avance en el aprendizaje de la lectura (Thomson, 1984). Los trastornos antes mencionados pueden manifestarse en forma conjunta, pero lo habitual es que prevalezca el dominio de alguno de ellos (Thomson, 1984). Algunos autores establecen una distinción entre Dislexias con predominio de alteraciones viso-espaciales y motrices cuyas características serían: escritura en espejo, confusiones e inversiones al escribir, torpeza motriz y disgrafía, con otro tipo caracterizado por alteraciones fundamentalmente verbales y de ritmo que se caracterizarían por: dislalias, pobreza de expresión, poca fluidez verbal, baja comprensión reglas sintácticas, dificultad para redactar, etc (Thomson, 1984).
Por lo tanto es debido a estas dificultades y las características anteriomente señaladas por las que un niño con dificultad de aprendizaje en la lectura, no puede desenvolverse y desarrollarse en el ámbito lingüístico, que por cierto es uno de los aspectos más importantes ya que debido a ésta área en constante desarrollo, es por donde el niño tiene acceso a la información que el entorno le entrega. Es por esta razón que la siguiente característica aborda el tipo de aprendizaje o dicho de otra manera, de que forma aprende el alumno con DAL, y cuales son sus dificultades en este proceso.

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